sábado, 17 de agosto de 2013

Presentación

Este blog nos va a ayudar a descubrir aquellos rincones llenos de historia, arte y misterio de un modo accesible, dentro de los recorridos que Rutas Accesibles por Córdoba ha diseñado, ahondando de un modo más extenso y profundo.
Pero será recorriendo esas Rutas como vamos a impregnarnos de esa amalgama cultural de la que esta ciudad dispone, así como los hechos y acontecimientos más importantes que se han producido en las calles por las que discurren las Rutas:
Conocer donde vivió Colón con su amante Beatriz, lugar de encarcelamiento de Cervantes, enterramiento de los mártires de Córdoba, historia de sus palacios, qué princesa nació en uno de ellos, origen de la toponimia de las calles, etc...
Poema de Córdoba Inmortal


Por Juan MORALES ROJAS                                                                                   

CANTA, guitarra mía, una canción

Que vibre de alegrías y de penas;

Que yo la sienta dentro de mis venas

Y me llene de vida el corazón.

Quiero que en tu cantar haya pasión,

Nostalgia del ayer que hoy es dolor.

Quiero el perfume eterno y el ardor

De ésta, mi noble tierra cordobesa,

Que parece llevar en su alma presa

La profunda poesía del amor.


II


EN tus cuerdas fenicias de Kartuba

La gloria cantarán de mi Corteba.

Levantan con su arado dura gleba

Los romanos a tierras de Corduba.

Metrópoli de túrdulos que incuba

De Amílcar Barca un ansia de belleza,

De posesión, de orgullo y de riqueza.

Túrdulos cordobeses van a Roma

Con Aníbal; de Cannes traen aroma

De la bravura en flor de su proeza.



III



CUANDO en la Edad Antigua universal

Del refinado y cruel mundo romano

Uncida va en el carro del pagano

En su conquista bélica y triunfal,

Espina y rosa, Córdoba es rosal

Que tras la tapia universal se asoma.

Se hace latina, y del Imperio toma

La luz de su cultura humildemente

Para encontrar después entre su gente

Un Séneca inmortal que ofrece a Roma.



IV



VIBRAN después con ella los clamores

Coránicos de ardiente raza mora.

En las palmeras de su sierra aflora

Savia para sus mil conquistadores.

Guerreros y poetas y cantores

Le tañeron su lírica oriental

Convertida del árabe en pagana;

Pero nunca dejó de ser cristiana

En medio de la Corte Califal.



V



LA copla cante a Córdoba la llana.

Cante el poeta a Córdoba la Bella.

Pidió un orfebre rayos a una estrella

Para hacer su corona musulmana.

Abderramán la amó siendo cristiana.

Su moro enamorado fue Almanzor

Que más que por la dura guerra impía,

Vencido por la Historia se moría

Ofreciendo a esta tierra su dolor.



VI



CIUDAD judía, imán de la conquista

Que con ardor sostienen los cristianos

Clavando sus espadas, soberanos,

En las fronteras de la Reconquista.

Pero hace el moro que su ardor resista

A aquellas huestes que la van sitiando

Y el cerco de sus tierras estrechando

Hasta que, por Linares, bien templada,

Tras la muralla brilla al sol la espada

Del rey que la conquista: San Fernando.



VII



PERO grabado en mármoles, memoria

De arte para los siglos venideros,

Un sueño de poetas y guerreros

Que en piedra le escribieron a la Historia.

La cumbre de su página de gloria

Que con pétrea oración la tierra llena,

Triunfadora, nostálgica y serena,

Junto al Guadalquivir sueña y reposa

Bajo San Rafael, majestuosa,

La Mezquita de Córdoba agarena.



VIII



ROMA y Arabia con ardor lucharon

Por apagar la antorcha de la luz

A santos cordobeses en la Cruz

La fe que sus mayores les dejaron,

Los ancestros que la cristianizaron.

Y alzando al Cielo con fervor sus manos

En el circo se asombran los romanos

Cuando los ven morir llenos de calma

Ganando estoicos para sí la palma

En la Legión de mártires cristianos.



IX



ES tu palabra, Córdoba, poesía.

De tu cultura es el saber profundo

Donde estudian los sabios de este mundo

En tu honda entraña su filosofía.

La antigua universal sabiduría

De Oriente, Grecia y Roma aquí se encierra

Guardada desde el valle hasta la sierra.

Y en las riberas del Guadalquivir

Al hombre enseña Séneca a morir

Y a ser nueva semilla de esta tierra.



X



Te hace Montilla madre de un titán

Que un Imperio conquista en tierra extraña

A quien cuentas le pide el rey de España

Pese al regalo del Gran Capitán.

Símbolo de la Fe, Osio es afán,

Dogma y Palabra en su creer profundo

Y hay un barroco Góngora fecundo,

Un Lucano latino, un Juan de Mena

y un judío Maimónides que llena

De vida filosófica su mundo.



XI



VICTORIA, Acisclo y Alvaro en altares

Mateo Inurria, gubia en la escultura,

Céspedes, Valdés Leal en la pintura.

Romántico y político en tus lares

Duque de Rivas lleno de avatares

Su Don Alvaro escribe. Y un lucero

Deja caer en manos de un platero

Flechas divinas que de luz desata,

Para que tenga su pincel de plata

La mano del pintor Julio Romero.



XII



POR tus cepas destilan ambrosía,

Viñedos de Montilla y de Moriles;

Un frescor de bodega en sus barriles

Cautiva ardiente sol de Andalucía.

Tus barrios, cuna de la torería.

Tu voz de cantaora honda, hermana

La soleá profunda y la serrana.

Y en la Feria de Mayo luce airosa

Amazona gentil, esplendorosa,

La mujer en su trono de alazana.



XIII

SU senequismo obliga a superar

La empresa y el valor de cada hijo:

El mejor quiebro es el de Lagartijo.

Nadie como Guerrita al lancear.

Gigante Machaquito al estoquear

Y al morir, un Agosto, aquel doncel

Que perfumó con sangre de clavel

La tierra de la Plaza de Linares,

Para que el llanto de las soleares

Haga romance el nombre de Manuel.



XIV



Hoy ésta tierra en paz, bella y dichosa

Pudo a sus muchos héroes ofrendar

Hálito tibio de su blanco azahar

En la sonrisa de una boca hermosa.

La cordobesa, tierna y amorosa,

De envidia mata a la más bella flor.

Morir hace a los hombres sin dolor

Mirar ardiente que esclaviza y ata:

La cordobesa cuando mira mata

Y el que la mira muere por su amor.



XV



SOY de tu entraña, Córdoba; eres mía.

Tus amores son, Madre, mis amores.

Por ti la Virgen se llamó Dolores

Y fue por siempre nuestro norte y guía.

Señora de la gran Andalucía,

La historia su corona de laurel,

Las flores sus aromas del vergel

Y amor que en ti pondremos hasta el fin,

Córdoba llevarás al camarín

Del Arcángel dorado Rafael.



XVI



CORDOBES y poeta quiero un día

Un pino que salmodie en un rincón •

Y que me vuelva lento el corazón,

Tierra de la bendita tierra mía.

Reposar con los míos. Mi poesía

No aspira a más; no tiene más anhelo

Que contemplar, después de mi desvelo,

A los hijos de Córdoba, triunfales,

Que por el mundo canten, inmortales,

Las infinitas glorias de este suelo

No hay comentarios:

Publicar un comentario