Pero será recorriendo esas Rutas como vamos a impregnarnos de esa amalgama cultural de la que esta ciudad dispone, así como los hechos y acontecimientos más importantes que se han producido en las calles por las que discurren las Rutas:
Conocer donde vivió Colón con su amante Beatriz, lugar de encarcelamiento de Cervantes, enterramiento de los mártires de Córdoba, historia de sus palacios, qué princesa nació en uno de ellos, origen de la toponimia de las calles, etc...
Poema de Córdoba Inmortal
Por Juan MORALES ROJAS
CANTA, guitarra mía, una canción
Que vibre de alegrías y de penas;
Que yo la sienta dentro de mis venas
Y me llene de vida el corazón.
Quiero que en tu cantar haya pasión,
Nostalgia del ayer que hoy es dolor.
Quiero el perfume eterno y el ardor
De ésta, mi noble tierra cordobesa,
Que parece llevar en su alma presa
II
EN tus cuerdas fenicias de Kartuba
La gloria cantarán de mi Corteba.
Levantan con su arado dura gleba
Los romanos a tierras de Corduba.
Metrópoli de túrdulos que incuba
De Amílcar Barca un ansia de belleza,
De posesión, de orgullo y de riqueza.
Túrdulos cordobeses van a Roma
Con Aníbal; de Cannes traen aroma
De la bravura en flor de su proeza.
III
CUANDO en la Edad Antigua universal
Del refinado y cruel mundo romano
Uncida va en el carro del pagano
En su conquista bélica y triunfal,
Espina y rosa, Córdoba es rosal
Que tras la tapia universal se asoma.
Se hace latina, y del Imperio toma
La luz de su cultura humildemente
Para encontrar después entre su gente
Un Séneca inmortal que ofrece a Roma.
IV
VIBRAN después con ella los clamores
Coránicos de ardiente raza mora.
En las palmeras de su sierra aflora
Savia para sus mil conquistadores.
Guerreros y poetas y cantores
Le tañeron su lírica oriental
Convertida del árabe en pagana;
Pero nunca dejó de ser cristiana
En medio de la Corte Califal.
V
LA copla cante a Córdoba la llana.
Cante el poeta a Córdoba la Bella.
Pidió un orfebre rayos a una estrella
Para hacer su corona musulmana.
Abderramán la amó siendo cristiana.
Su moro enamorado fue Almanzor
Que más que por la dura guerra impía,
Vencido por la Historia se moría
Ofreciendo a esta tierra su dolor.
VI
CIUDAD judía, imán de la conquista
Que con ardor sostienen los cristianos
Clavando sus espadas, soberanos,
En las fronteras de la Reconquista.
Pero hace el moro que su ardor resista
A aquellas huestes que la van sitiando
Y el cerco de sus tierras estrechando
Hasta que, por Linares, bien templada,
Tras la muralla brilla al sol la espada
Del rey que la conquista: San Fernando.
VII
PERO grabado en mármoles, memoria
De arte para los siglos venideros,
Un sueño de poetas y guerreros
Que en piedra le escribieron a la Historia.
La cumbre de su página de gloria
Que con pétrea oración la tierra llena,
Triunfadora, nostálgica y serena,
Junto al Guadalquivir sueña y reposa
Bajo San Rafael, majestuosa,
La Mezquita de Córdoba agarena.
VIII
ROMA y Arabia con ardor lucharon
Por apagar la antorcha de la luz
A santos cordobeses en la Cruz
La fe que sus mayores les dejaron,
Los ancestros que la cristianizaron.
Y alzando al Cielo con fervor sus manos
En el circo se asombran los romanos
Cuando los ven morir llenos de calma
Ganando estoicos para sí la palma
En la Legión de mártires cristianos.
IX
ES tu palabra, Córdoba, poesía.
De tu cultura es el saber profundo
Donde estudian los sabios de este mundo
En tu honda entraña su filosofía.
La antigua universal sabiduría
De Oriente, Grecia y Roma aquí se encierra
Guardada desde el valle hasta la sierra.
Y en las riberas del Guadalquivir
Al hombre enseña Séneca a morir
Y a ser nueva semilla de esta tierra.
X
Te hace Montilla madre de un titán
Que un Imperio conquista en tierra extraña
A quien cuentas le pide el rey de España
Pese al regalo del Gran Capitán.
Símbolo de la Fe, Osio es afán,
Dogma y Palabra en su creer profundo
Y hay un barroco Góngora fecundo,
Un Lucano latino, un Juan de Mena
y un judío Maimónides que llena
De vida filosófica su mundo.
XI
VICTORIA, Acisclo y Alvaro en altares
Mateo Inurria, gubia en la escultura,
Céspedes, Valdés Leal en la pintura.
Romántico y político en tus lares
Duque de Rivas lleno de avatares
Su Don Alvaro escribe. Y un lucero
Deja caer en manos de un platero
Flechas divinas que de luz desata,
Para que tenga su pincel de plata
La mano del pintor Julio Romero.
XII
POR tus cepas destilan ambrosía,
Viñedos de Montilla y de Moriles;
Un frescor de bodega en sus barriles
Cautiva ardiente sol de Andalucía.
Tus barrios, cuna de la torería.
Tu voz de cantaora honda, hermana
La soleá profunda y la serrana.
Y en la Feria de Mayo luce airosa
Amazona gentil, esplendorosa,
La mujer en su trono de alazana.
XIII
SU senequismo obliga a superar
La empresa y el valor de cada hijo:
El mejor quiebro es el de Lagartijo.
Nadie como Guerrita al lancear.
Gigante Machaquito al estoquear
Y al morir, un Agosto, aquel doncel
Que perfumó con sangre de clavel
La tierra de la Plaza de Linares,
Para que el llanto de las soleares
Haga romance el nombre de Manuel.
XIV
Hoy ésta tierra en paz, bella y dichosa
Pudo a sus muchos héroes ofrendar
Hálito tibio de su blanco azahar
En la sonrisa de una boca hermosa.
La cordobesa, tierna y amorosa,
De envidia mata a la más bella flor.
Morir hace a los hombres sin dolor
Mirar ardiente que esclaviza y ata:
La cordobesa cuando mira mata
Y el que la mira muere por su amor.
XV
SOY de tu entraña, Córdoba; eres mía.
Tus amores son, Madre, mis amores.
Por ti la Virgen se llamó Dolores
Y fue por siempre nuestro norte y guía.
Señora de la gran Andalucía,
La historia su corona de laurel,
Las flores sus aromas del vergel
Y amor que en ti pondremos hasta el fin,
Córdoba llevarás al camarín
Del Arcángel dorado Rafael.
XVI
CORDOBES y poeta quiero un día
Un pino que salmodie en un rincón •
Y que me vuelva lento el corazón,
Tierra de la bendita tierra mía.
Reposar con los míos. Mi poesía
No aspira a más; no tiene más anhelo
Que contemplar, después de mi desvelo,
A los hijos de Córdoba, triunfales,
Que por el mundo canten, inmortales,
Las infinitas glorias de este suelo
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