LA FUENTE DEL ELEFANTE
Esta fuente,
que en origen pudo formar parte de una almunia califal, localizada en la
finca del Caño Escaravita, formaba parte de un conjunto arquitectónico
hidráulico de la misma.
Al igual que
otras almunias, emirales y califales localizadas (Al- Ruminyya, Dar Al-Naura, Rabanales…), con sendas albercas, esta
fuente muy bien sirvió de elemento de desagüe o trasvase a dicha alberca que
luego distribuiría el agua para el riego de la finca califal o bien para
conducir parte de ella a Córdoba para su uso por la población.
El agua,
procedente de una acequia, la toma del arroyo del Molino donde se encuentra la
estructura kárstica conocida como Los Baños de Popea (ver más abajao) y llegaba hasta dicha
estatua, emplazada sobre un pilar cuadrado, del que aun resaltan las marcas de
las patas del animal a través de un conducto de plomo por su parte trasera, y salía
a modo de cuerno por su frente.
Esta fuente
del Elefante recibe su nombre de la escultura realizada en caliza gris que
servía de soporte al caño de la misma, y que actualmente se encuentra en el
museo del Arzobispado de Córdoba.
Antecedentes
históricos
Se ha
discutido mucho el origen de esta fuente y de la figura de elefante que le da
nombre. Se sabe que las aguas del venero de Escarabita fueron utilizadas por
los musulmanes para traer agua potable hasta Córdoba (el actual cortijo del
Caño de Escarabita se encuentra a 400 m. de la fuente) relacionandose el origen
de la fuente del Elefante con la construcción de los caños que transportaban
dicha agua en época emiral. Por esto, tanto la fuente como el elefante han sido
datados en época andalusí (siglo IX o X). Otros autores creen que la figura del
elefante (o el animal que represente) tiene un origen anterior y sería
reutilizada por los musulmanes o por quienes edificaran esta fuente. Los restos
de construcciones de los que se encontraba rodeados dicha fuente, y que hoy se
observan no son tan antiguos, pudiendo ser fechados en época moderna (siglos
XVI - XVII), aunque esto no significa que el origen de la fuente sea anterior. (R. Córdoba)
La leyenda
M. Pimentel
en su libro "Leyendas de Medina
Azahara" nos cuenta la leyenda
de que siendo pequeño el alarife de Medina Azahara, Maslama ben Abdallah, oyó
contar a un ermitaño de la sierra de Córdoba una historia según la cual, al no
saber qué hacer los romanos con los elefantes que dejaron los ejércitos
cartagineses en su huida, pues no les cabían en sus caballerizas, los subieron
a pastar a la sierra. Más en una época de sequía tremenda el más viejo de los
elefantes golpeando con su pata en el actual sitio donde mana el agua la hizo
brotar. Cuando Maslama, el alarife, estando ya al cargo de la construcción de
Medina Azahara, subió un día a la sierra a la búsqueda de nuevos materiales
para la ciudad palatina, se enteró de la muerte del ermitaño en el lugar
cercano a la fuente, y mandó construir el elefante a uno de los escultores que
trabajaban para él en Medina Azahara y así lo colocó en el lugar donde
actualmente se halla, en memoria del ermitaño y de la leyenda que le oyó contar
de pequeño.
(Enviada por
F. J. Sánchez Polaina).
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